Me encantan los cuentos.
Los cuentos son más que letras escritas unas detrás de otras
y algunas imágenes más o menos bonitas.
Los cuentos son puertas a lugares mágicos, son compañeros de viaje que nos
ayudan a superar miedos y a aprender cosas complejas de una forma sencilla. Son
la casa de unos amigos especiales que nos acompañan en numerosas aventuras y
nos ayudan a crecer felices y a desarrollar nuestra personalidad.
En los cuentos no importa tener miedo, ser pequeño o grande,
niño o niña. En los cuentos todos somos capaces de hacer lo que nos
propongamos. No importa que algo no se vea, en los cuentos todo vale y todo
existe. Si lo puedes imaginar, será realidad en un cuento.
A parte de todo esto, hay algunos beneficios más concretos
que nos van a motivar todavía más, a leer cuentos a nuestros niños:
- Acostumbran a los niños a leer, para crear en ellos un hábito lector.
- Estimulan la fantasía, la sensibilidad, la memoria y la expresión.
- Desarrollan el lenguaje.
- Aprenden a escuchar y ser pacientes.
- Transmiten valores, tales como la amistad, la honestidad…
- Los niños se enfrentan a sus emociones, miedo, frustración,… y aprenden a identificar estas emociones.
- Aumenta la comunicación y la confianza de los niños con sus padres.
Uno de los proyectos que tengo es dedicar más tiempo a los
cuentos en mi casa, empezando por leer un cuento todas las noches y más
adelante veremos qué otras cosas tengo en mente, jejeje.