niñas les ha gustado muchísimo y lo hemos leído un montón de noches seguidas.
Os hablo de “El Conejito que quiere dormirse”.
Cuando ves la portada supones que es un libro más para leer
a los niños, pero no es el caso.
Es un libro para leer antes de dormir y, aunque no lo
creáis, para que los niños se duerman durante (o al final) la lectura.
Yo no me lo creía, la verdad, pero hice caso al libro y
funcionó.
El primer día no se llegaron a dormir, pero el segundo,
cuando me fui de la habitación, estaban dormidas, y el resto de días también.
No es un libro para leer sin más, trae unas pequeñas
instrucciones al principio, donde os explican cómo tenéis que leerlo, qué
entonación hay que poner y hasta cuando tienes que bostezar, jejeje
Parece complicado, pero no lo es, durante el libro estas
partes están marcadas y es fácil de seguir.
En el libro también se hace participe al niño, ya que hay
momentos en los que pone que tienes que nombrarlo, lo que hace que estén atentos
y capten los cambios de tono de voz para que, de este manera, se caben
relajando.
El libro es una historia bonita, y no deja de ser un texto
de relajación que, leído con una buena entonación, hace que nuestros hijos se
tranquilicen después de un día lleno de actividad.
Es una muy buena forma de acabar el día, aunque no acaben
dormidos.
Acabar el día con un cuento es la mejor manera de acabarlo.
Os recuerdo que este libro lo podréis encontrar en Penguin Random House.